¿Conoces la diferencia entre el jamón de Bodega y el jamón de Reserva?

¿Conoces la diferencia entre el jamón de Bodega y el jamón de Reserva?

Los jamones de bodega y de reserva proceden de cerdos blancos, por tanto no son productos ibéricos. Ambas variedades se obtienen a partir de animales que se alimentan a base de piensos, legumbres y cereales. Su proceso de producción es también muy similar, de ahí que mucha gente se pregunta cómo es posible diferenciar entre el jamón de bodega y el de reserva.

¿Cómo distinguir un jamón de bodega de uno de reserva?

A simple vista, ambas piezas pueden tener un aspecto similar, pero si entramos ya en las capacidades organolépticas, las diferencias sí son muy apreciables. El jamón de bodega se cura por un periodo mínimo de nueve meses, mientras que el de reserva requiere al menos un año de curación.

Esto da lugar a una textura más jugosa y un punto de grasa más conseguido en el jamón reserva. Si ese proceso de curación llega a los 15 meses, ya se habla de jamón gran reserva. El tiempo que pasa un jamón curándose determina su calidad y sus cualidades organolépticas: sabor, aroma y textura.

Un último aspecto crucial para distinguir el jamón reserva del de bodega es que este último no se suele comercializar entero, sino que se vende ya cortado.

El etiquetado, la mejor forma de diferenciar jamones

Desde que entrara en vigor el 1 de marzo de 2014 la nueva normativa de comercialización de jamones, para determinar claramente qué tipo de jamón ibérico se pone a la venta, el etiquetado es la mejor forma de distinguir piezas.

Para el jamón ibérico se habla de etiquetas blanca, verde, rojo o negro. En cambio, para el cerdo blanco, este marcaje no es tan exigente. Así, lo mejor es comprobar el tiempo de curación de la pieza. En España, estos jamones proceden fundamentalmente de Teruel, Almería, Trévelez (Granada) y Segovia.

 

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