Diferencias entre jamón serrano y jamón ibérico

Diferencias entre jamón serrano y jamón ibérico

Jamón ibérico y jamón serrano. Por todo el mundo es sabido que los ibéricos son los jamones de mayor calidad, pero, ¿sabes qué diferencia de manera concreta un ibérico de un jamón serrano? Te lo contamos con detalle en Jamones Benito.

Jamón ibérico, los que proceden de cerdos ibéricos

Los jamones ibéricos solo pueden ser producidos en España y Portugal, pues son los territorios donde habitan los cerdos ibéricos. Estos animales viven en régimen de semi libertad en dehesas muy amplias y se alimentan a base de bellota en la época de montonera y de cereales.

Los jamones se curan en bodegas naturales y dan lugar a piezas con un sabor muy intenso, con mucha grasa infiltrada y con una textura muy agradable al tacto. La grasa es lo que proporciona al jamón esa untuosidad tan característica y ese aspecto brillante inconfundible de los jamones ibéricos.

Jamón serrano, producción más intensiva

El jamón serrano puede proceder de cerdos de diferentes razas: Duroc, Landrace, Pietrain o Large White. La producción de estos jamones es mucho más intensiva, de modo que se somete a los animales a un proceso de crecimiento muy rápido y, en ocasiones, en régimen intensivo.

Los jamones de este tipo también se denominan blancos, porque el animal tiene un color más claro, con orejas tiesas y patas largas, que difiere en gran medida del cerdo ibérico. Además, las pezuñas suelen ser de color marrón con tonos claros.

Los cerdos se crían en recintos ganaderos, sin montanera y la curación se da en espacios artificiales. El resultado es un jamón con aspecto rosado, con textura muy homogénea y poco fibrosa y con una grasa amarillenta, pero también sabrosa y brillante.

El jamón ibérico, al igual que otros derivados de la raza ibérica, es el más apreciado por su nivel de calidad, pero los serranos también son jamones muy sabrosos y ricos en el aspecto nutricional.

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